Salvador Dalí: “El surrealismo soy yo”

Salvador Dalí nace en 1904 en Figueras (Gerona) en una familia acomodada, su padre era notario. A los 18 años se traslada a Madrid para cursar estudios en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Sentirá una gran admiración por el arte renacentista y por el pintor Velázquez.En la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde se aloja, hace amistad con el poeta Federico García-Lorca y el cineasta Luis Buñuel. De esta época es el retrato que hizo de su padre, que tuvo gran influencia sobre él, y también inmortaliza a su hermana en el cuadro Muchacha en la ventana.Frustrado con su aprendizaje en Madrid, abandona la Academia de Bellas Artes y se traslada a Figueras. Allí pintará cuadros como La cesta de pan y el Retrato de Anna María, en los que mezcla técnicas tradicionales y vanguardistas.En 1926, realiza su primer viaje a París donde visitará el Louvre y conocerá a Picasso. Para demostrarle su admiración, le dijo: “Vengo a verle a usted antes de ir al Louvre”; a lo que Picasso le respondería: “Hace usted bien”. Tras este encuentro Dalí, pintará con trazos cubistas picassianos su obra Naturaleza muerta al claro de luna malva.En 1929 volverá nuevamente a París, donde de la mano de Buñuel y del pintor Miró se introduce en el movimiento surrealista fundado por el escritor André Breton. Con Buñuel realiza el guion de la película El perro andaluz, que se considera como la más representativa de este movimiento.Dalí se convertirá en el pintor de referencia del surrealismo, al que aporta su método paranoico-crítico envuelto en imágenes nacidas de sus sueños. En su cuadro La persistencia de la memoria, se muestra un desierto con cuatro relojes blandos derritiéndose. Sabía hacer lo que él llamó “fotografías de sueños pintadas a mano”.En París conoce a Gala, profesora de origen ruso, casada con el poeta Paul Éluard, que será su musa, modelo y compañera el resto de su vida y que le ayudará de forma significativa en la promoción internacional de su obra; de Gala realizó numerosos retratos, el más famoso titulado “Leda atómica”.En 1937 viaja a Estados Unidos y contacta con algunas de las principales figuras de Hollywood como los hermanos Marx, también con Alfred Hitchcock con el que colaborará en la película Recuerda, dando forma surrealista a los sueños del protagonista, interpretado por Gregory Peck. Tuvo la oportunidad de conocer en Londres a Sigmund Freud por quien sentía una admiración que plasmará en su pintura.La guerra en Europa le lleva a exiliarse a Estados Unidos. Allí, patrocinado por su amiga y mecenas Caresse Crosby y apoyado por la Galería Levy, tiene un gran éxito. De este periodo es la obra Metamorfosis de Narciso. Y La cesta del pan. Como él mismo escribió: “Pinté esta obra durante dos meses consecutivos, cuatro horas cada día. Durante este período sucedieron los más sorprendentes y sensacionales episodios de la historia contemporánea. Esta obra se acabó un día antes del final de la guerra”.En estos años también edita su autobiografía La vida secreta de Dalí y pinta La tentación de San Antonio en el que, a lomos de elefantes con patas de insecto, representa las tentaciones que acosan al hombre. En 1948 regresa a España. Pintará Leda atómica en referencia al mito griego de Leda y el cisne, donde él se retrata como un cisne y a Gala como Leda. Y comienza su etapa mística nuclear en la que sus obras tienen una temática religiosa o vinculada a los avances científicos, pero siempre tratada con su particular estilo. Un ejemplo es el Cristo de San Juan de la Cruz, en el que la figura de Cristo crucificado se dibuja desde arriba, sin que se pueda ver su rostro.Dalí se instala en Portlligat, un pequeño pueblo mediterráneo, próximo a Cadaqués. Allí vive con Gala hasta prácticamente el final de sus días, en una casa de pescadores, al borde el mar, a la que fue añadiendo diferentes plantas, en espacios diseñados con un enfoque cubista. También adquirió para su esposa Gala el Castillo de Púbol, una fortificación gótico-renacentista, en la que está enterrada su musa.A partir de 1960, Dalí se entrega a la promoción internacional de su obra, realizando conferencias y exposiciones en las principales ciudades del mundo (Nueva York, París, Rotterdam, Madrid o Barcelona) siempre con una presencia y un mensaje un tanto excéntricos, lo que le convierte en un pintor con reconocimiento mundial.La relación entre su obra y su historia personal es evidente y dirá “me voy acostumbrando a ser un gran actor en esta gran comedia que es la vida”.En sus últimos años, se ocupa personalmente de la creación y decoración del Teatro-Museo Dalí, en su ciudad natal de Figueras, en el que hoy en día figuran algunas de sus obras más representativas y donde reposan sus restos desde 1989, año de su fallecimiento.